La Taberna - The City Escape Room(02/11/2025)
Hay salas que te atrapan por sus enigmas, otras por su historia. Y luego están las que, sin apenas darte cuenta, te arrancan del mundo real y te lanzan de lleno a una aventura. Eso es lo que consigue La Taberna de The City Escape Room. Y lo hace con una fuerza visual y sensorial que muy pocas veces hemos vivido.
Desde que cruzamos el umbral de la primera sala —una taberna sucia, viva, oscura, cargada de ambiente— supimos que estábamos ante algo especial. Pero lo que vino después nos dejó sin palabras. Porque aquí no recorres una sola habitación tematizada: aquí viajas por un universo pirata completo, con transiciones mágicas y escenarios cambiantes que no paran de sorprender.
Pasamos de la taberna al pueblo marinero, con sus callejones, su olor a madera y mar. Subimos a bordo de un barco pirata tan detallado que casi esperábamos que zarpara. Y llegamos hasta islas remotas, con cascadas reales y una atmósfera que parecía sacada directamente de una superproducción de cine.
La escenografía de La Taberna no es buena. Es apabullante. De otro nivel. Es, sin lugar a dudas, una de las mejores que hemos visto nunca en una escape room. Cada rincón, cada textura, cada sonido están al servicio de la inmersión total.
Y no se queda ahí. La experiencia se enriquece con una interacción constante con los personajes del juego, que no solo sirven de guía, sino que forman parte del universo. Te hablan, te provocan, te ayudan, te incomodan… y te obligan a estar dentro del personaje también tú.
Aquí surgieron opiniones diversas dentro de nuestro equipo: hubo quien disfrutó muchísimo de ese toque teatral y se dejó llevar por completo, y también quien se sintió un poco desconectado al romperse el flujo de juego. Pero en ambos casos, el intento de integrar al jugador en la historia de forma activa nos pareció muy valiente y digno de aplaudir.
¿Es todo perfecto? No del todo. En algunos momentos, el sonido no estaba bien calibrado, y eso hizo que nos perdiéramos fragmentos importantes de la historia o del contexto. También hay algunos juegos que se activan mediante botonazo del game master (sin resolver nada que los active desde el juego), lo cual puede romper un poco la magia. Y ciertos puzzles, especialmente los que tienen elementos electrónicos modernos, se sienten algo fuera de lugar en una ambientación tan cuidada y de época.
Además, la narrativa es algo compleja, y entre tanta escenografía y estímulos, no siempre resulta fácil seguirla o entender bien qué está pasando. Un poco más de claridad ayudaría a que la experiencia fuese todavía más redonda.
Pero incluso con esos matices, La Taberna brilla con luz propia. Porque hay escapes que funcionan por su lógica, y otros que te conquistan por cómo te hacen sentir. Y esta sala lo logra a través del asombro constante, del viaje físico y emocional que propone, y de esa capacidad de sorprenderte una y otra vez.
La cantidad de trabajo, creatividad y cariño puestos en cada decorado, en cada mecanismo oculto, en cada transición, es tan evidente que resulta imposible no quedarse impresionado. Hay momentos en los que te olvidas completamente de que estás jugando un escape room: simplemente estás dentro, como un personaje más de una historia de aventuras, con olor a pólvora y sal.
Y si a todo esto le sumamos el trato del equipo, cercano, amable y entusiasta, especialmente al final de la partida, el recuerdo que te llevas es aún más completo y positivo. Se nota que detrás del proyecto hay gente que cree en lo que hace, y lo hace con pasión.
La Taberna es sin duda una de las salas más ambiciosas, espectaculares y envolventes que hemos vivido.
Un escape room que emociona por lo que propone, impresiona por cómo lo construye y conquista por la pasión con la que está hecha.
Si buscas una aventura que te haga viajar de verdad, que te sorprenda a cada paso y que convierta la ambientación en protagonista absoluta… no lo dudes: The City Escape Room tiene un auténtico tesoro esperando.

